Habitar de Otra Forma:
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el Cuerpo.

«El faro y la ruina». 2021.

Intervención escultórica compuesta por estructuras de acero soldadas y pintadas con esmalte blanco, texto e interpretación escénica en vivo por la actriz Susana Alanís; el performance se llevará a cabo cada jueves y sábado, entre el 23 de septiembre y el 7 de noviembre de 2021, a las 19:00 horas. Ubicación: Pasillo Matamoros. Tres instalaciones con medidas de 660 x 18 x 31 cm. Performance con una duración aproximada de veinte minutos.

Descripción de la obra

El faro y la ruina es una reflexión anclada en la geografía de la Macroplaza y la historia de su creación, particularmente la de dos de sus edificaciones y su devenir en el tiempo: La primera, la historia del emblemático Faro del Comercio, diseñado por el estudio Barragán y Ferrera; la cual simboliza los valores morales y culturales del empresariado regiomontano de la época del siglo XX y las formas en que el orgullo de sus avances, los llevó a emplazar su símbolo de prosperidad al espacio público para, como una brújula, guiar a la población de la ciudad de Monterrey en su visión moderna de progreso. La segunda, el abandonado Centro Comercial Gran Plaza, diseñado por el arquitecto Óscar Bulnes Valero, que en su edificación a la par del Faro del Comercio, y en su momento de mayor vitalidad, ejemplificó uno de los rasgos que mejor representan la economía de las ciudades prósperas: el consumo de bienes.

Tanto el centro comercial como el faro se ubican en una parte de la zona centro de la ciudad, que en los años setenta se percibía como decaída y descuidada, en contraste con el auge que simbolizaba la prosperidad que venía despuntando la ciudad, por lo que las autoridades de la época optaron por una transformación urbana radical y en consecuencia se destruyó una parte importante del patrimonio histórico construido hasta ese momento. Estos eventos atraen reflexiones sobre los procedimientos y los resultados en la construcción de la Gran Plaza, y en la percepción de la sociedad hacia sujeciones fundamentales como la identidad, la historia y la pertenencia en el contexto urbano en el que viven.

En todo caso El faro y la ruina es un cuento sobre edificios que desaparecen y otros que se mantienen en pie mientras se desdibujan sus significados con el paso del tiempo, así como sucedió primero con las antiguas casonas de sillar y el centro comercial Gran Plaza, que de manera irónica le pudiese suceder al faro. Tal vez este cuento, mitad ficción y mitad realidad, también se desvanecerá en la memoria de los oyentes.

El faro y la ruina es una obra en dos momentos, una intervención en el espacio público y una actuación performance. El primero busca generar un lugar de reunión y descanso en un espacio normalmente de tránsito, mientras que el segundo tiene como eje una narrativa sobre la geografía y el paso del tiempo de los dos espacios urbanos por medio de la lectura del cuento El faro y la ruina, acción efímera que llevará a cabo una actriz en determinados días y horario durante las seis semanas de permanencia de la obra en el espacio público.

Semblanza del artista

Gabriel Cazares (Monterrey,1978). Es egresado de la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha desarrollado su trabajo de forma individual y colectiva, miembro fundador del colectivo de arte Tercerunquinto, con Rolando Flores y Julio Castro (hasta 2014) y colaborador en proyectos como Objeto Posible y Llanura. Sus procesos artísticos están orientados a generar, desde lo individual, plataformas de colaboración y diálogo para concebir propuestas artísticas y cuerpos de obra diversos. Su obra utiliza distintas estrategias formales heredadas de los movimientos artísticos de la segunda mitad del siglo XX, con ello desarrolla proyectos que inciden en el análisis del concepto de espacio y las relaciones que establece entre sus diferentes significados según el contexto que lo arropa.

Las obras resultantes redefinen los significados de los sitios por medio de intervenciones temporales, acciones y la conformación de documentos. También se examina, en paralelo, por medio de una reflexión dirigida a la crítica, la relación entre la producción artística y el contexto expositivo, definiendo este como un lugar en disputa entre la institución del arte y la obra.

Con Objeto Posible, participó en la materialización de un proyecto que operó como una plataforma para examinar, por medio de la investigación y reflexión, el concepto de objeto en el sistema del arte a través de diferentes contextos históricos y contenidos literarios. A diferencia de Tercerunquinto, Objeto Posible diseña un programa de trabajo en el que se integran otras personas según las especificidades de cada nuevo proyecto. De esta manera, la conjunción de disciplinas y saberes de los integrantes va reconfigurando y redefiniendo el resultado de cada trabajo. Mientras que las colaboraciones con Llanura partieron del diálogo crítico para descomponer y examinar el concepto de propiedad privada en contextos sociales diferenciados.

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