Entrevista a Christian Camacho

Christian Camacho (Estado de México, 1985). Posgrado MA en Pintura por el Royal College of Art de Londres y grado de licenciatura por La Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado del INBA. La obra de Christian Camacho ha sido mostrada de manera individual y colectiva en México, Europa, Estados Unidos, Sudamérica y el Caribe, en proyectos de exposición en colaboración con instituciones como Museo Experimental el Eco, Museo de Arte Carrillo Gil, así como en El Royal College of Art e Imperial College en Londres y Museo Jumex en la Ciudad de México. También ha sido becario tanto del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, como de Fundación Jumex Arte Contemporáneo, donde diseñó programas públicos y educativos entre 2014 y 2018. Como parte de su práctica, Christian Camacho ha desarrollado también múltiples iniciativas formativas, tales como seminarios, talleres, cursos y lecturas en colaboración con instituciones como Museo Jumex, Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, Instituto Alumnos, el Simposio Internacional de Teoría de Arte Contemporáneo PAC-SITAC y ESPAC. Actualmente forma parte del Departamento de Arte de La Universidad de Monterrey como Profesor Titular.

1.
LAS ARTES MONTERREY (LAMTY): No ha pasado ni un año de que llegaste a Monterrey y sumado a las montañas, el cabrito y la contaminación, hoy la vida nos ofrece unos duros y extraños días. ¿Cómo estás? ¿Cómo llevas lo de la cuarentena? ¿Tienes alguna recomendación de libros, películas, links, paginas webs o instagrams de artistas a visitar durante la cuarentena?
CHRISTIAN CAMACHO (CC): ¡El tiempo en Monterrey se ha pasado rápidamente! Es verdad, aún no es un año, pero no puedo creer que ya son casi 8 meses. Pese a las temibles circunstancias, y a las preguntas que siempre surgen con las mudanzas, ha sido una gran experiencia y un cambio necesario al contexto de la Ciudad de México, en el que vivíamos Lucía y yo.
Monterrey ha sido menos vertiginoso, pero también por la muy cálida comunidad inmediata que nos ha brindado su apoyo y su bienvenida y a la que le estamos muy agradecidxs. Sobre la cuarentena… no sé si haya una buena manera de pasarla en realidad. Aunque uno no esté mal siempre hay el ruido de fondo del mundo transformándose de maneras misteriosas y preocupantes, de mucha gente pasándola mal y de la idea de un futuro, malo o bueno, que probablemente se ha postergado indefinidamente. Hay algo importante en no apartar la mirada de las preocupaciones que nos aquejan en momentos como éste. Indagar sobre el sentido de nuestras más esenciales decisiones. Yo creo que el arte tiene mucho que ver con momentos así.
Sobre recomendaciones, bueno, nunca sé bien qué podría ser, pero en principio creo que si alguien no ha leído «Agua Viva» de Clarice Lispector, ahora es cuando. Hay quienes dicen que una buena parte de la poesía de Emily Dickinson tiene que ver con casi nunca haber salido de su casa. Quizás sea una exageración, pero lo cierto es que no hay nada que se pierda en revisar sus poemas, que son breves y extraños. O en revisar otra literatura de los encierros, como la de José Revueltas. Todxs conocemos estos nombres, pero no todxs hemos tenido el tiempo de visitar o revisitar con atención. Esta podría ser la oportunidad.

2.
LAMTY: Con los sucesos actuales (además del COVID-19), lo del petróleo ha colocado al dólar en un lugar histórico en relación al peso mexicano y esto se verá reflejado en los precios de los materiales que muchos emplean para producir pintura -óleo, acrílico, barniz, telas, etcétera- ¿Cómo crees que impacte a nivel proceso y resultado pictórico estas eventualidades? ¿Vendrán nuevos materiales o un regreso a materiales otros? ¿Cómo será la pintura post-dólar a 30 pesos?
CC: No creo que el declive económico tenga un impacto demasiado radical en la manera en la que la pintura se produce. Las tradiciones y antitradiciones de la pintura corren por el espectro entero de lo robusto y lo resiliente. De cualquier manera llevamos ya varios años de asalto tras asalto a la economía de lxs artistas, sobretodo lxs más jóvenes, y los procesos persisten. Evidentemente esto no es de celebrarse, hay mucha ansiedad y mucho pesar en esa persistencia, a lo que me refiero, es que antes del desabasto o el encarecimiento, otros grandes problemas se presentarán para lxs artistas. No siento que la posibilidad de la transformación de los materiales sea lo que de verdad está bajo amenaza en este momento.

3.
LAMTY: Con esta semana, quince días o meses que vendrán de resguardo y distanciamiento social, hay quienes ya especulan por una suerte de regreso del arte producido desde «el estudio del artista». Ayúdanos a especular, ¿cuál consideras que será «el arte» que brotara de la contingencia?
CC: La pandemia traerá un arte nuevo, porque las crisis traen un arte nuevo, y también traerá el mismo arte que conocemos, porque lo conocido coexiste siempre con lo desconocido. Por supuesto depende mucho de qué estamos hablando cuando decimos arte y contingencia. Ya hay mucho dicho sobre la obsolescencia de los modelos institucionales y comerciales actuales para el tamaño que la producción artística posee. Yo diría que en México los antecedentes de experiencias exitosas que permiten a porcentajes significativos de la población movilizar iniciativas artísticas, tienen que ver con apoyos económicos en la forma de becas y fomentos federales y estatales. Habría que ver en este momento qué rol desea jugar el gobierno y qué rol las comunidades que ya están desplazándose a través de las redes. Por otro lado, hay algo que nunca es claro sobre las labores artísticas, parece muy sencillo decir que la catástrofe es su enemiga, como lo sería de todas nuestras actividades, pero hay algo en esa afirmación que pareciera no ser del todo cierto. No sé, también sospecho que cuando una calamidad golpea a las sociedades, no está realmente en la mente de lxs artistas la síntesis de un «arte nuevo». Al revés, quizás nuestra relación con el arte se vuelve arqueológica, llenxs de llanto por las estructuras que se arruinan y desmoronan. El arte puede poseer poderosos signos de consuelo y al mismo tiempo, la proximidad a un mundo en el que sus promesas puedan cumplirse. De cualquier manera, siento que en muchas ocasiones, es la postergación del futuro para ese mundo, negativa como puede pensarse, lo que abre el espacio necesario para que nuevas imaginaciones puedan respirar, pero eso no necesariamente aliviará nuestra tristeza.

4.
LAMTY: En tu obra más reciente (un hermoso e inquietante picto-mosaico publicado en IG) se alcanza a percibir una suerte de personaje detrás de la maleza que nos hace pensar en el asecho del coronavirus, en algunas pinturas históricas como «El corral de apestados» de Goya (1798-1800) y en esta idea de que las artes son utilizadas como contra-testimonios de sus tiempos. ¿Qué ideas, búsquedas o inquietudes persiguen actualmente a tu trabajo?
CC: Siento que mi trabajo actualmente tiene mucho que ver con enviarme mensajes a mí mismo de distintas maneras. Diría que es sobre eso. Por supuesto hay otras cosas que son evidentes en los materiales y procesos que utilizo. Cosas que suenan muy generales, como mi interés en distintas formas de pintura. O cosas más particulares, como la idea de qué tan «pequeño» puede ser un color, la idea de reducir y esparcir la dimensión de ciertas formas, como en esta suerte de mosaicos miniatura. Sigo muy interesado en trabajar por fragmentos, en maneras de componer escenas y estructuras más o menos ambiguas, con pequeñas cantidades de algo. Estos mensajes de los que hablo también son pequeñas cantidades de algo.

5.
LAMTY: Con las medidas de precaución y distanciamiento social los museos, galerías e instituciones culturales han cerrado sus espacios, obligándonos a todxs a pensar en lo vulnerable que son las cosas y en cómo, de un día para otro, todas nuestras estructuras profesionales tendrían que cambiar radicalmente. ¿Consideras que se aproxima una revolución de las redes sociales culturales? ¿El museo como TikTok? ¿Los curadores como influencers? ¿Qué hacer con los programas educativos y pedagógicos de los museos en estos escenarios?
CC: Los museos, galerías y otras instituciones han tenido que cerrar y esto va en detrimento de artistas, públicos y trabajadores temporales o subcontratados, pero creo que los museos y galerías como instituciones, siempre pueden sobrevivir, pueden regresar. La programación digital, aunque ha llegado tarde en muchos casos, es una práctica común que tiene ya muchísimas e interesantísimas formas de alcanzarnos. No siento que en México tenga mucha demanda este tipo de contenido pero eso siempre puede cambiar conforme más y más programas estén al alcance de la gente. Podcasts, clips, cápsulas, posts, takeovers, convocatorias digitales, visitas de estudio virtuales, seminarios a distancia, drives llenos de libros, secretos baúles digitales con películas difíciles de conseguir, tráfico de links que nos llevan a las extrañas colecciones en línea de individuos y grupos. Todo esto ya está allí, sólo puede volverse más demente e interesante. Se supone que ahora tenemos el tiempo para explorar esto… ¿Sí lo tenemos?
Creo que a mí lo que más me llama la atención es qué tipo de vínculos comienzan a movilizarse en el fondo, más allá de las instituciones que conocíamos. Muchxs seremos parte de distintas redes de apoyo entre amigxs, familia y colegas, ¿Qué significa esto para el arte que haremos después y por lo tanto para el arte que deseamos ver representado en nuestras futuras instituciones? Es interesante pensar en cómo puede comenzar a alimentarse, inclusive saturarse, este mismo canal. Mantenernos en contacto, creando información como si fuera una conversación, es muchísimo trabajo, y este trabajo creo yo que eventualmente tendrá la capacidad de hacer demandas a las instituciones tradicionales del arte.