Entrevista a Luis Alfonso Villalobos

LUIS ALFONSO VILLALOBOS.
Graduado de Diseño Industrial por la Universidad Autónoma de Guadalajara, México. Sus exhibiciones recientes incluyen: «Una Silla que vuela», Rincón Projects, Bogotá, Colombia; «Ave Peregrina», Museo de Arte de Zapopan, Zapopan, México; «Today’s luxuries are tomorrow’s norms», SMoCA, Scottsdale Museum of Contemporary Art, EUA; «Esox Lucius», CUADRO22, Chur, Switzerland; «Echar Perlas a los Cerdos», Galería CURRO, Guadalajara, México. Ha participado en exposiciones colectivas que incluyen: «Black & White & In Between: Contemporary Art from the Frederick R. Weisman Art Foundation», Carnegie Art Museum, Oxnard, California; «+52. Paisajes recientes», Fundación Calosa, Irapuato, México; «En Hombros de Gigantes», Museo Experimental El Eco, Ciudad de México, México; «XVI Bienal de Pintura Rufino Tamayo», Museo Tamayo Arte Contemporáneo, Ciudad de México, México. Vive y trabaja en Guadalajara, México.
Miembro del Sistema Nacional de Creadores, FONCA emisión 2018-2021. Primer premio, artistas con trayectoria, Salón de Octubre. 2015, Guadalajara, México. Artistas con trayectoria PECDA Jalisco 2015. Fountainhead Residency. 2013, Miami, USA. Jóvenes Creadores PECDA Jalisco 2011. Cofundador de proyecto Liga con el cual obtuvo el Apoyo a proyectos en modalidad de Coinversión. 2008, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Dos premios del Patronato de Arte Contemporáneo, PAC, para el desarrollo de curadurías independientes en 2006 y 2008.
El trabajo de Luis Alfonso Villalobos parte de la pintura como soporte, pero rebasa las cualidades del medio para pensarla en términos tanto conceptuales como materiales y extenderla a la producción de collage, escultura e instalación. Además de las composiciones que combinan figuras, contextos y campos de color en formatos bidimensionales, Villalobos está interesado en los usos materiales de la pintura, reconociéndolos como objetos en sí mismos.
Entendiendo la pintura como “una máquina de habitar”, su obra presenta referencias a la arquitectura modernista, escenarios donde los elementos naturales cobran su lugar en la civilización y revisiones a la historia del arte, incluyendo notas sobre el readymade, comics y diseño. De esta manera su trabajo implica la conceptualización de modos arquitectónicos –maquetas, modelos, planos– materializados a través del lenguaje y elementos pictóricos.

En esta edición de Alacena, Las Artes Monterrey nos pusimos en contacto con el artista Luis Alfonso Villalobos (1976, Guadalajara, México) con la intención de platicar sobre «El peor puerco se lleva la mejor guayaba», la última actividad – exposición colectiva que se realizó antes de cerrar las puertas de uno de los proyectos de gestión y organización artística más relevantes para el circuito del arte contemporáneo mexicano: El Taller Los Guayabos. Un espacio de producción, residencias, intercambio y presentación artística fundado en Guadalajara, Jalisco, en el 2017, por los artistas Octavio Abúndez, Alejandro Almanza Pereda, Gabriel Rico y Luis Alfonso Villalobos.

LARTES – Las Artes Monterrey
LAV – Luis Alfonso Villalobos

1.
LARTES: El modelo que utilizaron de unir fuerzas entre artistas/amigos/colegas para procurar fondos y compartir espacios, rápidamente tuvo un efecto positivo en la escena del arte contemporáneo mexicano y su relación con el circuito artístico internacional. ¿Qué planes o asignaturas quedaron pendientes para Los Guayabos? ¿Consideras importante encontrar una nueva sede para continuar el proyecto o la mezcla entre bienes raíces y pandemia ha puesto el punto final?
LAV: Quedan en el tintero muchos proyectos que estaban por suceder, una considerable lista de artistas invitados al programa de residencia, así como planes en conjunto y muchas ideas por realizar. Debido a la pandemia se puso en pausa una exhibición que me emociona mucho, en mayo debería de haberse inaugurado en Galería Kewenig en Berlín, un show de los 4 artistas de base de Taller Los Guayabos. Esperemos que ésta se lleve a cabo en un futuro cercano. Además, muchos planes de rehabilitación de la casa que no pudimos realizar por la incertidumbre en el contrato y la nula capacidad para negociar con el corporativo inmobiliario.
Me parece que por el momento es vital poder estar activo con las condiciones que esta nueva etapa supone y para lo que el antiguo proverbio se hace efectivo: adaptarse o morir. Alejandro Almanza y Octavio Abúndez continuarán compartiendo un nuevo espacio, una bodega de muy buen tamaño en el barrio de Santa Teresita, además de que en ese sitio se incluirá un proyecto alternativo de exhibición de Gabriel Rico y Javier M. Rodríguez.
En mi caso decidí hacer una pausa para habilitar un espacio de trabajo en el ámbito domestico para poder continuar con mi trabajo y después de un par de meses se presenta la oportunidad de ocupar un pequeño espacio en la calle de Clemente Orozco, en el mismo barrio que el estudio de mis colegas y que Taller Hospital, por lo que en estos días he estado haciendo un poco de limpieza y adecuaciones, además de mudanza hormiga de todos mis materiales y obras.
Supongo que el modelo de taller colaborativo seguirá vigente, me gustaría ver a artistas jóvenes de la localidad desarrollando sitios como Los Guayabos. Veremos qué sucede en el futuro próximo.

2.
LARTES: Las visitas a estudios de artistas se caracterizan por ofrecer la posibilidad de entablar una conversación más intima con los artistas y acceder a piezas en proceso, residuos de obra y escenarios que te permiten comprender las estrategias o metodologías que utilizan los artistas al trabajar. Ahora que la pandemia prohíbe la congregación y que esto afectará severamente a las inauguraciones, ¿crees que se avecina una suerte de “época de oro” para las visitas de estudio?
En comparación con otros modelos que existen para que un artista muestre y platique sobre su trabajo, como la presentación de Power Point o el contemporáneo Take Over, ¿cuales son los momentos o peculiaridades que destacas de ese formato (visita de estudio)?
LAV: En este momento me siento un poco pesimista al respecto, me parece que este momento estuvo en su apogeo durante los últimos dos o tres años, una especie de efervescencia en la escena tapatía a partir de creadores e industrias clave en la escena internacional. Dudo mucho que este ritmo vuelva a ser lo que era en dos o tres años, aunque quizá en lo local pueda ser una forma de mantener activa y unida a la comunidad. El caso de la exhibición “El peor puerco se lleva la mejor guayaba” fue ya una especie de prototipo de lo que puede suceder en los próximos meses. Incluso Taller Hospital o Residencia 797 han estado recibiendo visitas de grupos reducidos para mostrar trabajos nuevos y poder entablar el diálogo con los artistas que lo conforman y/o que están de visita. Creo que el pilar deberá ser nuevos modelos de espacios alternativos y que los museos e instituciones se adapten con velocidad a la nueva realidad.
Me sigue pareciendo que lo más importante es la experiencia sensorial y física y lo que ésta facilita para la asimilación y el involucramiento con la obra de arte y el discurso detrás de esta. Los intercambios generados por esta fluidez de diálogo son invaluables. Hay ese escalofrío que se genera en el cerebro cuando esta conexión ocurre y esto aun no me sucede al ver un takeover y mucho menos una presentación de diapositivas.
Me es muy grato poder compartir mis ideas y recibir retroalimentación de todo tipo de agentes: colegas, curadores, investigadores, coleccionistas, entusiastas, y este tipo de experiencia normalmente se da al abrir una nueva exhibición y visitarla o al mostrar el espacio en el que trabajas. En lo personal, me parece difícil involucrarme emocionalmente con una pantalla, por más impecable que sea el registro o la transmisión. He recibido nuevas invitaciones para realizar lives en IG y no los he realizado por sentirlo ajeno y distante. Me pregunto: ¿es necesario estar presente ahora?
Tengo planes de llevar a cabo un nuevo proyecto para poder invitar a artistas involucrados con la pintura que he llamado la 4P –Puros pinches problemas pictóricos-, para lo cual tengo disponible una habitación de un edificio que originalmente funciona como un airbnb por 40 noches. Estoy pensando invitar a 4 artistas de otras localidades a hacer visitas de 10 días a Guadalajara y que puedan tomar este espacio para desarrollar ideas y que puedan presentarlas de alguna forma en la localidad. Sea visitable o no, será algo que se definirá de acuerdo al momento y a las circunstancias.

3.
LARTES: Uno de los aspectos más complicados que se avecinan para las instituciones culturales tiene que ver con la falta de apoyo y presupuesto para resguardo, mantenimiento e infraestructura. En tu trayectoria como artista, ¿cuáles son los lugares más peculiares en donde hayas guardado obra, bocetos o documentos valiosos relacionados con tu trabajo?
LAV: Un recuerdo favorito de mi abuela materna es una anécdota sobre esta situación. Cuando era adolescente estaba dibujando todo el tiempo, fue una época clave en la que me di cuenta que quería ser artista. Eran tantos los dibujos y de tan variados formatos que los archivaba entre dos placas grandes de cartón. Dicha carpeta estaba guardada entre la base y el colchón de la cama de mi abuela, ella solía decir que dormía arriba de varios millones de pesos… Obvio, de los viejos pesos…
En la actualidad estoy guardando obra de formato pequeño en clósets de la casa, además puse un cojín gigante a un catre que contiene muchos dibujos y documentos, y así es un pequeño sillón para descansar y leer en mi estudio. Cuando tuve oportunidad de estar en la Residencia Fountainhead, con la Familia Mikesell, conocí su programa de préstamos de obra de la colección a amigos cercanos, una forma de facilitar la conservación de las mismas, además de que incrementa las posibilidades de generar nuevos coleccionistas. Así que en algunas ocasiones he prestado obra a amigos, sobre todo pinturas, pensando que es mejor que la obra esté colgada a guardarla en condiciones extrañas. Soy un entusiasta de los intercambios y trueques, por lo que mi “stock” de obra siempre se ve impactado.

4.
LARTES: ¿Cómo era la relación de los patronos/socios/fondeadores con las actividades, los invitados al programa de residencias y el calendario de Los Guayabos?
LAV: Siempre fue y será una relación primordialmente de amistad y camaradería, se generaron lazos muy fuertes entre todos estos agentes y eso me hace pensar que este tipo de comunidades hacen la diferencia en una escena. Normalmente asistían varios de ellos a los eventos de apertura de las residencias y a diferentes eventos especiales pensados para ellos. Quiero pensar que esta red sigue siendo fuerte y que todos estos personajes seguirán al tanto de los movimientos de cada uno de los artistas invitados y de los proyectos vigentes de todos los anfitriones.

5.
LARTES: En un texto en donde hablan sobre tu obra hacen hincapié en cinco palabras que permiten entender tus búsquedas e intereses: (1) devastación, (2) extinción, (3) consumo, (4) fragilidad y (5) permanencia. Resulta interesante retomarlas para pensar si la pandemia o el desocupar el taller y espacio de trabajo, de alguna manera terminó por modificar tu relación con estas palabras…
LAV: Más allá de modificarlas me hace pensarlas y entenderlas aun más profunda y directamente. En una serie de trabajos que he desarrollado a través de varios años, podemos ver edificaciones inmersas en paisajes oceánicos. En estas escenas no podemos saber a ciencia cierta si la casa está a punto de hundirse o si permanecerá intacta y avante ante ese agreste escenario. En mi obra en general no aparecen humanos, una especie de pausa tensa donde puede ocurrir cualquier situación. Ahora al ver todas estas fotografías de espacios públicos vacíos, es bien extraño, aterrador y por lo tanto atractivo en forma morbosa. Hace pensar que estamos más cerca del fin de los modelos económicos como los conocemos y no necesariamente para bien, lo que representa entonces una seria amenaza para los organismos culturales y sociales. Me hace pensar que somos en extremo vulnerables en una etapa de la humanidad donde debiera ser todo lo contrario.
Sigo creyendo que la cultura en general tiene ese potencial para hacer que la casa flote, cuando conozco una nueva obra, escucho, leo o veo algo que me emociona pienso que hay futuro, pero luego veo un par de minutos los noticieros y la casa se desmorona.

LUIS ALFONSO VILLALOBOS
IG: @luisalfonso.villalobos

TALLER LOS GUAYABOS
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